Cómo organizar una excursión

Entendemos como excursión cualquier tipo de salida, esporádica o periódica, fuera del lugar habitual de residencia, generalmente de corta duración, que nos permite entrar en contacto con otros ambientes, monumentos naturales o históricos, así como diferentes culturas. Es evidente que nuestro interés se centrará en visitas a ecosistemas naturales.

2007PolskaZWskazówkiO rurales, intentando aportar aquellas ideas que pueden servir como guía y ayuda para satisfacer nuestro legítimo deseo de conocimiento y disfrute de las zonas silvestres: pero siempre con una sola doctrina, con una definida ideología: el respeto y conservación, no conservacionismo, de nuestro entorno natural, aprovechando el ejercicio físico, el aire libre y los diversos seres y objetos que nos ofrece la propia naturaleza con absoluta libertad. Los únicos límites impuestos serán el mantenimiento y el cuidado de un patrimonio que es de todos, pues ni siquiera pertenece a las generaciones actuales, sino también a las venideras y que, al menos en nuestra opinión, constituye una herencia intangible de toda la humanidad, que no debe dilapidarse ni hipotecarse por un uso irracional o insatisfactorio.

Quizás en amplios sectores de las sociedades modernas el día de campo, durante los fines de semana, constituye el común denominador para muchas familias, que abandonamos la residencia con nuestros familiares más allegados o con nuestros amigos, en busca de un pequeño paraje verde, al aire libre, en la hipotética paz del monte o la floresta, de la costa o la playa, donde poder disfrutar de unos momentos de expansión en contraste con la semana laboral y la actividad cotidiana. Pero esta pequeña evasión a menudo resulta incómoda, fatigante o insatisfactoria.

Los accesos por carretera se congestionan durante las horas de salida y regreso. Los transportes colectivos suelen saturarse. Ese rincón de espacio abierto que habíamos descubierto en plena sierra y considerábamos casi nuestro, está ocupado, a veces, por una multitud ruidosa que comparte nuestras mismas aficiones. Así, si queremos disfrutar de sosiego, habremos de encontrar «sobre la marcha» algún paraje donde permanecer hasta la hora del regreso.

La solución no resulta, con frecuencia, tan complicada ni difícil de poner en práctica. Una planificación previa puede condicionar el éxito o fracaso de nuestro día de campo, que también suele coincidir con el de una gran mayoría de ciudadanos.

La preparación en casa, en nuestro hogar, de las salidas a la naturaleza puede parecer una frivolidad; algo sólo necesario para acampadas de varias etapas, por lugares intrincados o países extraños, encaminadas a intentar hazañas deportivas o escaladas de expertos montañeros. Sin embargo, tal vez pueda ayudar más de lo que nos parezca en una primera apreciación. En contra de lo que pudiera pensarse no supone ningún engorro, ni molestias, ni quebraderos de cabeza, y puede contribuir a prepararnos adecuadamente para saber apreciar mejor la belleza y las peculiaridades de los entornos visitados. La consulta de mapas, libros, guías de campo y la discusión con nuestros amigos acompañantes establece un aliciente complementario que nos hace disfrutar con la ilusión más allá de la propia experiencia física posterior.

Excursión nudista

Excursión nudista

Cuatro preguntas que sin duda resultarán familiares a todos aquellos que han realizado el servicio militar o conozcan actividades similares, puede resumir un esquema primario de preparación de nuestras excursiones:

ADONDE: Supone la elección previa de uno o varios lugares que nos interesa conocer o visitar repetidamente en función de nuestros gustos y aficiones. La ulterior decisión, si previamente se han barajado distintos parajes, puede concretarse en función del resto de las hipótesis, pero casi siempre parece conveniente prever varios destinos cercanos alternativos que puedan permitir un ajuste de última hora como soluciones probables a diferentes imponderables.

La climatología y la época del año son factores a tener en cuenta respecto del lugar elegido y del equipamiento del que disponemos. Parece, cuando menos, un tanto extraño intentar disfrutar de una jornada de alta montaña en invierno, o en una estación de esquí, sin disponer del equipo, de la ropa, del calzado y los implementos adecuados.

El tiempo disponible es otro condicionante lógico de los puntos elegibles que han de encontrarse, preferiblemente, a la menor distancia posible, medida en horas de transporte de ida y de regreso.

POR DONDE: La realización del itinerario está lógicamente relacionada con el lugar de destino, así como las cuestiones siguientes, y ha de comprender, en muchas ocasiones, la decisión sobre distintas opciones y alternativas. No parece, por ejemplo, muy acertado elegir caminos o sendas forestales poco practicables y a los que hay que llegar caminando en el caso de una excursión familiar con niños pequeños, poco habituados, o personas de edad avanzada o salud delicada; mientras un lugar de acceso inmediato por cualquier medio de transporte sí es, en principio, más conveniente.

La masiva utilización del automóvil particular en los desplazamientos festivos supone un argumento suplementado para el estudio minucioso del itinerario, pues el acierto de la ruta o rutas alternativas tal vez condicione la fluidez en el viaje y el propio humor de los excursionistas.

Era y alberca Timar

Era y alberca Timar

En las marchas a pie, por áreas naturales, la elección de los caminos permite, con mayores o menores dificultades, una completa y apasionante visión de los más interesantes paisajes y un mayor conocimiento del entorno.

Por otra parte son relativamente frecuentes los itinerarios mixtos, que además de un medio de transporte convencional, exigen unos desplazamientos «a pie» más o menos largos, pero casi siempre sumamente satisfactorios. La condición física y el hábito serán también factores esenciales a contemplar durante la planificación, de forma que progresivamente podremos aumentar las etapas de marcha tanto en longitud como en dificultad.

COMO: Aunque parezca banal la elección del medio de transporte, quizá podemos probar distintas opciones: automóvil propio, autobús colectivo de línea regular o contratado para un recorrido determinado, ferrocarril, etc. Los pros y contras de cada posibilidad en función de las peculiaridades personales podrían, per se, constituir un prolijo tratado, que, no es objeto de nuestros temas, pero simplemente avanzamos la idea de probar todos los medios posibles y después comparar. ¿No les parece atractivo?

CUANDO: Las posibilidades de elección respecto al momento más oportuno son con frecuencia muy limitadas para la mayoría de las personas, pero, no obstante, puede ajustarse un horario y un calendario adecuado a la distancia del lugar que se pretende visitar, e incluso en función de las previsiones probables respecto a la densidad de excursionistas que pueden coincidir en el espacio y el tiempo.

Ha de quedar claro que la esquematización simplificada en estas cuatro cuestiones no puede tomarse rígida ni ordenadamente y que suponen un intento de orientación, una especie de estructura primaria que puede ser ampliada y completada de muchas y acertadas formas. Si queremos apreciar la belleza de un bosque caducifolio, teñido de rojos y amarillos, parece obvio que no lo lograremos en primavera o verano, sino bien entrado el otoño. Análogamente, la observación de las evoluciones de las grandes aves rapaces cerca de sus nidos no se logrará fuera de la época reproductora, y el «cuándo» adquiere una dimensión más amplia que la pura elección de la hora para evitar los embotellamientos de las carreteras.

Amitsorsuaq

Amitsorsuaq

En una proporción muy numerosa el enamorado de la Naturaleza, va decantando sus preferencias a través de una experiencia dilatada, de largos períodos de convivencia deportiva con los diferentes ecosistemas; pero también nos parece frecuente, en potenciales aficionados, una cierta dispersión en sus excursiones, en sus estancias periódicas a los parajes más cautivadores que tal vez le impidan disfrutar plenamente del entorno por una comprensible prisa en saturarse de todo: sin fijarse demasiado, sin saber apreciar los pequeños detalles, que no pasarían desapercibidos ante otras personas avezadas que se comportan con otra actitud, sin espantar a los animales, sin ensordecer con ruidos estentóreos las voces de la vida natural, el rumor diferenciado del viento sobre las hierbas o las hojas de los árboles, los reclamos de las avecillas o el zumbido de algunos insectos.

El lamentable espectáculo de una pradera de montaña sembrada de desperdicios arrojados por una multitud humana, ávida de espacios abiertos, no puede ser solucionado por leyes más o menos estrictas ni por el noble ejemplo de unos pocos. Es un problema de información al ciudadano, de educación primaria en las escuelas, de concienciación colectiva, pareja con la que se ejerce en la denuncia de vertidos industriales en las aguas o en el aire por fábricas y refinerías carentes de los filtros y depuradoras exigibles. La educación ambiental parece la auténtica asignatura pendiente de nuestras generaciones contemporáneas, con la salvedad de ciertas excepciones minoritarias.

Tal vez los primeros contactos con nuestra naturaleza, mediante esas excursiones dominicales, puedan ir cristalizando, mediante la impregnación de olores, sensaciones y paisajes, en un interés hacia aspectos determinados de actividades más específicas, que requerirán, indudablemente, cierta dedicación, incluso estudio divertido de textos y «guías de campo», pero que paralelamente llenarán un hueco importantísimo en nuestro ocio y, lo que puede ser más importante, nos llevarán la Naturaleza a nuestro hogar de forma intangible, pero profunda y apasionante.

Cuando no tengamos una tendencia especial, como la micología, estudio de las setas; la ornitología, tratando los distintos aspectos de la vida y comportamiento de las aves, o la botánica, dedicándonos a la colección o descripción de los vegetales, por señalar algunos ejemplos, podemos estructurar nuestra afición ecológica mediante la observación sistemática de ecosistemas definidos y relativamente abarcables. Un bosque de robles o un encinar en la falda de una sierra pueden ser los objetivos de un conocimiento profundo de las sendas, las plantas que conviven en el entorno, los diferentes animales y las variaciones estacionales del
biotopo.

El amor es consecuencia del conocimiento y del respeto por aquello que se ama. La posesión no es necesaria cuando existe el íntimo convencimiento de sentirse parte de ese todo intangible conformado por los biotopos, las plantas y los animales de las áreas naturales.

La descripción de las conchas o caracolas que podemos encontrar en las playas o entre las rocas semisumergidas de las costas marinas nos ayudará a decidir si su colección puede interesarnos; pero lo que, en nuestra opinión, tal vez sea más importante es el conocimiento de las técnicas de recogida y limpieza de las mismas, el caer en la cuenta de su sola presencia y existencia, el poder enseñar a nuestros amigos, a nuestros hijos, cómo pueden desprenderse de las rocas a las que están adheridas, o cuáles de esos moluscos pueden ser, en una eventualidad, comidos por nosotros para conservar nuestras fuerzas o variar una dieta monótona, pero sin rapiñar sistemáticamente en una práctica de marisqueo pirata y desconsiderada.

Imagen: PolskaZWskazówki por Marcin Krzyżanowski en Flickr

Excursión nudista por Gilbau en Wikimedia Commons

Era y alberca Timar por pepepitos en Wikimedia Commons

1 Response so far »

  1. 1

    Jose said,

    La verdad es que es más divertido lanzarse a la aventura, antes que ser extremadamente detallista en su organización xD


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